El plan de negocios

viernes, 15 de agosto de 2008
Considerando que es usted un empresario, emprendedor o emprendedor en ciernes, tómese un minuto para pensar acerca de lo que entiende por “Plan de Negocios”. ¿Qué esperaría usted que sucediera con su empresa de contar con un Plan de Negocios, en caso dado de no tenerlo ya, y bajo qué consideraciones imagina que éste se traducirá en lo que le han prometido?

Cuando le han vendido, o al menos ofrecido un plan de negocios ¿cuánto tiempo se ha tomado usted para considerar el compromiso, la disciplina y el esfuerzo que esta “mágica fórmula” le ha de requerir para que suceda todo aquello que espera de ella?

Muchas veces me imagino que al elaborar un Plan de Negocios se está fabricando, en realidad, uno de esos aparatos para hacer ejercicio en casa que, al no ofrecer resultados mágicos, se sentencian a ocupar espacio en la recámara y servir de perchero para la toalla. Un proyecto profesional y honesto no es un producto milagro como esos que prometen reducir la cintura sin sudar, sin esforzarse y sin “cerrar el pico”. Nada… nada de eso existe, ni para un ejemplo ni para el otro.

Pretender que un Plan de Negocios de resultados sin trabajarlo, sería poco menos que pretender aprobar un examen por el solo hecho de contar con los apuntes. Las cosas, como sabemos, no funcionan así. Nunca será la responsabilidad del profesor que un alumno estudie, lo mismo que no es responsabilidad de un médico que el paciente se someta al tratamiento que le indica, ni del consultor… que un empresario implemente y lleve a cabo aquello que se le recomienda hacer.

En una cultura cortoplacista como la que domina nuestra estructura empresarial y que, sin duda, es consecuencia de la incertidumbre que se eleva como nube de tormenta sobre la economía del país (e incluso del mundo) es común encontrar que las expectativas de resultados, acerca de todo lo que hagamos por nuestra empresa, se sustenten en mejores deseos que evaluaciones objetivas de la inversión en recursos y periodos de implementación que se requieren para que un plan, que no pasa de ser un instructivo, se traduzca en beneficios para la organización y se puedan evidenciar los alcances reales de su propuesta.



Y si, leyó usted bien: “instructivo”. Pero no se confunda, es un instructivo de ejecución de estrategias que deben estar definidas por un diagnóstico profundo de la esencia de la empresa, las necesidades específicas que ésta cubre en su mercado, de los satisfactores que ofrece y de la rentabilidad con la que opera entre muchas otras consideraciones que se deben tomar en cuenta para plasmarlas en el mencionado documento.

Si el plan de negocios es un instructivo, dependerá del empresario si lo utiliza o no. No hacerlo significa explotar de forma muy parcial todos los potenciales de satisfacción al cliente, crecimiento organizacional, estabilidad laboral, trascendencia de la empresa, etc. al igual que ocurre cuando compramos un celular, una computadora o una cámara digital y la comenzamos a utilizar apenas la sacamos del envoltorio sin leer ese cuadernillo, que a todos nos parece demasiado obvio, pero que esconde un universo de posibilidades (de conectividad, expansión, funciones, etc.) que superan por mucho lo que hasta el empírico más avezado pudiera deducir.

Entendámonos, no porque seamos muy buenos para cocinar y abramos un restaurante tenemos por qué saber cómo se opera una estructura organizacional o cómo se segmenta un mercado o bajo qué criterios se puede posicionar mejor un negocio; no por el hecho de que tengamos un cuerpo y lo utilicemos a diario conocemos todas sus funciones, sus características ni sabemos, la mayoría, lo que conviene hacer en situaciones extraordinarias. Para esto último hay expertos en biología humana (médicos) como expertos en negocios (consultores) para lo primero.

El Plan de Negocios bien elaborado, es una herramienta especializada y de precisión que requiere que se le utilice de forma correcta. Se requieren habilidades, capacitación, disciplina (mucha disciplina) y arduo trabajo, pero fundamentalmente mucho compromiso por parte de la empresa para que éste reporte resultados… eventualmente.

Por: Lic. Hugo Salazar Ugarte

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